Corazones latiendo

jueves, 11 de abril de 2019

Que maravilloso.


Maravilla es, mirarlo sin que sé de cuenta.
Maravilla es, mirar sus pequeñas manías.
Maravilla es, mirar como sonríe.
Maravilla es, mirar embobada como se ríe.
Maravilla es, quedarte con esos pequeños detalles.
Maravilla es, quedarte horas escuchándolo hablar sin parar.
Maravilla es, su cuello eterno.
Maravilla es, entrar en sus planes.
Maravilla es, sonreír al escuchar el sonido de su risa.


Maravilla.
Él es maravilla.
Maravilla es, poder sacarle una sonrisa.
Maravilla es, poder sacarle una carcajada.
Maravilla es, tocar su cuello.
Maravilla es, disfrutarlo.
Maravilla es, disfrutar de sus sonrisas.

Maravilla es,
volver a sentir
seguridad.
Maravilloso.


martes, 30 de enero de 2018

No sé querer a medias.


Te busco cada noche sabiendo que no estás.
Busco tu pelo, entre tantos tipos de peinados y cabezas.
Busco tus piernas, mientras otros caminan a mi lado.
Busco tu voz, entre tantas voces.
Busco tu sonrisa, entre muchas bocas.
Busco tus ojos, entre demasiadas caras.
Busco tu cuerpo, entre tan poco espacio.

Te busco y no te encuentro.
Porque sé que no estás.

Te busco, sola, relajada, insegura, molesta y aún sabiendo que tú no me buscas.
Te busco, aún sabiendo que no estoy en tu cabeza.
Te busco, segura que no te acuerdas.
Te busco, recordando ese momento.

Te busco, pero tú a mí no.

Te busco impaciente.
Te busco ansiosa.
Te busco en cada rincón.
Te busco en cada foto.
Te busco en cada mirada por las eternas calles.
Te busco en la luna llena.
Te busco en el sol que no calienta (quema)
Te busco en la lluvia que no llega.
Te busco en la playa, solitaria en el mes de enero.
Te busco en la arena, fría por culpa del sol y la luna.
Te busco en el agua siempre solitaria.
Te busco en el viento helado.
Te busco en las nubes tapando al sol y obviando a la lluvia.
Te busco en las estrellas, tan brillantes y tan solas.

Como yo. Mientras te busco.




Sola, eterna paciente, te busco, esperando.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Y no llegó.


Quise gritar tu nombre para que te quedarás, pero no llegó.
Quise llorarte por dejarme, pero no llegó.
Quise quedarme encerrada bajo mis sábanas, pero no llegó.
Quise ir a buscarte, pero no llegó.
Quise gritarte para que me escucharás, pero no llegó.
Quise que me quisieras, pero no llegó.
Quise llorarte hasta quedarme sin lágrimas, pero no llegó.


Te fuiste y te dejé ir.
Te fuiste y no hice nada para impedirlo.
Te fuiste y no rompí en llanto.
Te fuiste y esperé que me dejarás un vacío, pero ese vacío no llegó.

Te fuiste.

Llevándote contigo tus abrazos y tus besos.
Llevándote contigo mis caricias y mis gestos.
Llevándote todo y nada a la vez.

Te fuiste.

Y todo lo que esperaba que ocurriese tras irte, no llegó.
No llegaron las lágrimas, las noches en vela, las ganas de abrazarte, de besarte y de echarte de menos.
No llegaron las despedidas amargas, las idas y venidas en coche y el decir tu nombre en cada palabra.
No llegaron los mensajes de anhelos, los audios de cariño, ni las llamadas de desespero.
No llegaron las menciones sobre chistes malos, sobre frikadas, ni los últimos cigarros.
No llegaron.
Porque tú nunca llegaste.


Y no llegó.
Aunque yo me perdí junto a tus 200 lunares.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Pídemelo.


Pídeme que me vaya contigo, porque lo haré.
Pídeme que me arriesgue contigo, porque lo haré.
Pídeme que me enamore de ti, porque lo haré.
Pídeme que te quiera como si fuese tu primera vez, porque lo haré.
Pídeme que nos perdamos juntos por el mundo, porque lo haré.
Pídeme que lo superemos todo juntos, porque lo haré.
Pídeme que te recuerde, porque lo haré.
Pídeme que te espere, porque lo haré.
Pídeme una noche nosotros dos solos, porque lo haré.
Pídeme que te acaricie hasta que te duermas, porque lo haré.
Pídeme que te ame hasta que nos duela, porque lo haré.
Pídeme que te extrañe, porque lo haré.
Pídeme que te enamore, porque lo haré.
Pídeme que te enloquezca de amor, porque lo haré.
Pídeme que te proteja, porque lo haré.
Pídeme que te bese hasta nuestro último aliento, porque lo haré.
Pídeme que te siga buscando cosquillas, porque lo haré.
Pídeme que te siga contando los lunares, porque lo haré.
Pídeme que te mire siempre como lo hago, porque lo haré.
Pídeme que te haga reír, porque lo haré.
Pídeme que te olvide, porque no lo haré.

Pero,
pídemelo.
Hazlo
y lo haré.

sábado, 21 de octubre de 2017

Adoro


Adoro tus 200 lunares esparcidos por tu cuerpo.
Adoro las imperfecciones que ves con tus ojos, pero no con los míos.
Adoro pasar mis dedos por tu piel, esperando que se me quede grabado por el resto de mi vida.
Adoro besarte por cada rinconcito de tu piel que odias.


Me quedaría días eternos besando y amando
todos y cada uno de esos 200 lunares.

Adoro acariciarte la barba, hasta que sonríes y te calmas.
Adoro tus caricias eternas y pausadas. Como si quisieras recordarme a mí también.
Adoro perderme en tu pelo y en tus labios.
Adoro que hagas que me olvide de mi nombre.
Adoro que no te importe las patadas en tu pared o las vueltas que doy en la cama, llevándote conmigo.
Adoro mirarte cuando no eres consciente de ello.
Adoro que entre nuestros besos eternos nos riamos.
Adoro que me dejes mimarte. Y besarte. Y acariciarte. Y abrazarte.
Adoro que empieces adorar mis chistes malos.
Adoro que me calles a besos cuando son tan malos.
Adoro nuestros silencios.
Adoro nuestros descansos. Y nuestras rondas. Y nuestros chistes. Y nuestras cosas.
Adoro cuando dejas caer momentos tiernos sin darte cuenta.
Adoro cuando acabas diciendo si a mis pequeños caprichos.
Adoro tus manías y tus rarezas.
Adoro tus brazos, en él me pierdo y me olvido del mundo.
Adoro tus pequeñas manías y tus labios.

Adoro tu voz.
Te adoro a ti.
Por completo.
Entero.

Ojalá pudieran mis dedos poder memorizar tu piel y tus lunares. Todos ellos.
Ojalá pudieran mis dedos memorizas todos y cada unos de tus rincones del cuerpo.
Ojalá pudieran mis dedos memorizar tu suave piel.
Ojalá pudieran mis dedos memorizarte.
Ojalá pudieran mis dedos recordarte para siempre.
Ojalá pudieran mis dedos recrearte cuando dejasen de tocarte.

Ojalá TÚ.
Completo.
Entero
Abrazándome.
Adoro.

sábado, 23 de septiembre de 2017

23.


23, un simple número.
23, un momento.
23, un instante.
23, un recuerdo.
23...


1095 días sin ti.
1095 días sin escucharte.
1095 días sin tu risa.
1095 días perdida.
1095 días...


36 meses de incertidumbre.
36 meses echándote de menos.
36 meses de cuenta hacía delante.
36 meses sin tenerte.
36 meses...



Tanto tiempo sin ti, tanto que decir, que no sé por donde empezar.
3 años, 36 meses, 1095 días.
Te fuiste y nos dejaste perdidos, nos dejaste con una lista de cosas de las cuales cumplir cada año en la que no estabas aquí. Una lista que completar, cuando la nuestra se quedó a la mitad.
Una lista que se quedó huérfana; como aquellos lugares a los que íbamos a visitar, gente que conocer.
Y sé que estás, de una manera totalmente diferente a la que quiero, porque la que quiero es la que me vale.
Volver a sentir tu risa en mi cuello, tus suspiros en mis meteduras de pata, tus abrazos amenizando un bajón y un mar de lágrimas.

Te quiero a ti, conmigo y ahora.
Te quiero conmigo.
Te quiero porque te necesito. 

Esas lágrimas que salen más tristes que nunca, porque no encuentran tus dedos para recogerlas o tu nariz para calmarlas.
Y es que...

Quiero escuchar de nuevo tu risa, era una maravilla lo que hacía tus cuerdas vocales. Era algo único.
Quiero escuchar de nuevo tu voz, o mejor dicho, mi nombre en tu voz; ese sonido era gloria, era paz, era calma. Era hogar.
Quiero escuchar de nuevo tus quejas. Las extraño.
Quiero escuchar de nuevo tus historias una vez más; la tortuga voladora, el casi piercing, tu primer beso. Nuestro primer beso.
Quiero escuchar de nuevo tus palabras de ánimo, esas que nos dabas hasta en tus momentos más duros. Mi pilar.
Quiero escuchar de nuevo tus te quiero, tus portazos, tus intentos de sustos, tus risas contagiosas siendo yo tan patosa, tus idas y venidas por el frigorífico. Te quiero.
Quiero escuchar de nuevo ese ruido que salía de tu garganta, cuando ibas a darme un abrazo inesperado. Tu olor.

Te echo tantísimo de menos.

Sé que nos perderemos y nos encontraremos. Cumple tu promesa.
Sé que nos quedan momentos que pasar. Cumple tu promesa.
Sé que al final del camino estarás. Cumple tu promesa.
Sé donde estarás al final del día. Cumple tu promesa.

Cumple tu promesa, porque sé donde encontrarte.

Pero no sé donde tengo que ir para abrazarte, ni donde ir para no olvidarme de tus gestos, de tu cara; pero sobre todo, no quiero olvidarme de tu risa y de tu voz. Eran mi hogar.
Pero me siento como si lo estuviera haciendo y no pudiera hacer nada para evitarlo.
En días como estos sabías como calmarme. Sabías cuando darme un abrazo en el momento adecuado, sabías que hacer conmigo cuando yo ni siquiera lo sabía. Lo sabías todo de mí, incluso cosas que yo desconocía.
¿Cómo lo hacías?



Siento que lees cada letra que te escribo,
que me das fuerzas cuando no
encuentro las mías propias.

Ya te queda menos, Sam.
Ya nos queda menos.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Te lo daría todo.



Te lo daría todo, si supiera que soy capaz.
Te lo daría todo, si supiera que soy suficiente.
Te lo daría todo, si supiera que es suficiente.
Te lo daría todo, si supiera que no habría limitaciones.
Te lo daría todo, si supiera que no vamos a rompernos.
Te lo daría todo, si supiera que no vamos a dañarnos.
Te lo daría todo, si supiera que mañana es el fin del mundo.
Te lo daría todo, si supiera que voy a ganarle al miedo.
Te lo daría todo, si supiera que el miedo no nos va a vencer.
Te lo daría todo, si supiera que mis demonios están presentes.
Te lo daría todo, si supiera que nuestros demonios se iban a enamorar, se iban a dañar y se iban a odiar.

Te lo daría todo, si supiera.
Te lo daría todo si fuese capaz.

Te daría mis miedos, mis inseguridades, mi testarudez, mis intrigas, y mis viajes al fin del mundo.
Te daría mis noes y mis sies; te daría mis idas y venidas; te daría mis alegrías y mis tristezas; te daría mis subidas y bajadas.

Te lo daría todo, si pudiera.
Te lo daría todo, pero no puedo.