Corazones latiendo

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Siempre voy a ser yo.

La que le cuesta levantarse de la cama, la que se queda mirando al armario unos cinco minutos para después ponerse lo mismo, la ropa cómoda. Soy yo la que se pone todos los días la misma sudadera porque es la más calentita, los mismos pantalones porque son los que mejor van conmigo y los zapatos cómodos de llevar.
Soy yo la que se no se peina, pero si se pinta los ojos. La que coge su bocadillo y lo mete en la mochila, la que se pone siempre el mismo collar, y la que se prepara para irse al instituto.

Porque aunque pase el tiempo, las amistades y las temporadas siempre voy a ser yo, e iré cómo yo mejor me sienta, no cómo otros quieran. No pienso cambiar por nada, ni por nadie.

Siempre seré yo pase lo que pase.

Tiempo.


Cuando con el tiempo, con el paso de los días, vas conociendo a personas, te tienes que acostumbrar a saber que no serán perfectas, que tendrán sus errores, tanto cómo tú los tienes. Nadie es perfecto. Excepto esa persona para nosotros. Sabemos que tienen errores, y los aceptamos igual que aceptamos sus virtudes. Los queremos tal y cómo son, si no fuera así, para nosotros no sería perfecta. Puede que muchas de esas imperfecciones no nos demos cuenta, tal vez el amor por ella nos ciega y porque no queremos darnos cuenta de ello.
Pero muchas veces hay que dejar el amor a un lado, dejar de lado eso que nos ciega y estar en un lado, en el lado cómo si no sintiéramos nada por ella, pensar porque la queremos y por qué la hemos decidido, que sea la persona con la cual compartir algo de nuestra vida.